La charla, enmarcada en el programa de actividades del Foro Local del Deporte de Jaca, ha tenido lugar en la Casa de la Cultura y ha contado con la presencia de dos representantes de FAIM (Fundación para la Atención Integral del Menor)

La fundación FAIM, radicada en Zaragoza atiende a más de 300 chavales, todos ellos en claro riesgo de exclusión, muchas veces con familias desestructuradas, a lo que hay que añadir dificultades económicas y con frecuencia también problemas relacionados con el consumo de drogas.

Durante el acto se ha destacado la importancia del deporte para aprender a perder, algo imprescindible para manejar de forma correcta la frustración. Saber acatar las normas como base imprescindible para una correcta inclusión, o la necesidad de que los padres entiendan que para la salud mental de sus hijos, la educación física es una asignatura igual de importante que cualquier otra de las materias.

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De izquierda a derecha, Luis Soravilla técnico de juventud del ayuntamiento de Jaca, Falo García, educador social y Miguel Ausejo, médico

Falo García Álvarez, educador social y técnico de proyectos de FAIM ha hecho especial hincapié en la integración del deporte en la educación, destacando que el deporte no es una solución, sino una oportunidad para incluir, aprender o madurar.

“Utilizar el deporte para incluir a los chicos en las diversas dinámicas, tanto educativas como deportivas, usando para ello el deporte como método de inclusión con el objetivo de llegar a la máxima normalización de sus vidas”

Por su parte, Miguel Ausejo, médico y director técnico de FAIM ha destacado la importancia de la figura del acompañante/entrenador.

“Durante la adolescencia, existe una gran necesidad de sentirse único, por tanto, desde la sensatez del adulto que acompaña al chaval, se debe trabajar la autoestima, concienciando y motivando no tanto hacia un deporte en concreto, si no más bien hacia las necesidades propias de cada persona”

Finalmente se ha abordado la problemática económica haciendo especial hincapié en la necesidad de trabajar en políticas inclusivas, incorporando para ello la RSC (responsabilidad social corporativa) tanto a los clubs como a los pequeños patrocinadores locales, así como a otros estamentos de la sociedad.